Octubre - 2021
A principios de este año el sitio más visitado del Vedado, cambio de pronto. Vallas de construcción cercaron la manzana donde se ubica la icónica y muy conocida parada de frente a Coppelia. Comenzó la construcción del que se dice va a ser el edificio más alto de Cuba, pero bueno de eso no vamos a hablar hoy, de lo que conversáremos será del sueño de uno de los gigantes de la radio y la televisión en Latinoamérica, del propietario de la CMQ Goar Mestre que quiso construir un edificio para albergar a los empleados de la Cadena de Radio y Televisión CMQ. El primer sitio que seleccionó fue Arroyo Arenas, pero se desechó debido a lo alejado del lugar, por lo que escogió la manzana situada entre las calles 17, 19, M y N en El Vedado, a solo 200 metros de Radiocentro, sede de sus estudios de la CMQ.
En tan solo 28 meses y sin utilizar ninguna grúa se erigió imponente sobre el paisaje de la ciudad el edificio de hormigón armado que hoy conocemos como Focsa que, con sus 121 metros de altura y sus 373 apartamentos en el momento de su inauguración fue el inmueble de hormigón más alto del mundo, superado solo por el edificio Marinelli, de Sao Paulo, en Brasil.
En una de las secuencias iniciales de Soy Cuba, una película que no tuvo éxito en su lanzamiento, pero que posteriormente ganó reconocimiento, pues llamó la atención de grandes cineastas como Scorserse y Coppola quienes la catalogaron como una obra maestra, aparece como telón de fondo el imponente Focsa visto desde la piscina del hotel Capri. En la adaptación al cine de la obra de Leonardo Padura, Vientos de cuaresma Mario Conde, el personaje descontento y desencantado, investigador de la policía tiene que resolver el misterio de la bella profesora Lisset, que fue encontrada en uno de los apartamentos del lujoso Focsa. Este thriller se conoce comercialmente como vientos de La Habana.
La primera vez que caminé por los pasillos del Focsa la sensación fue la de entrar a otra ciudad. Con el tiempo descubrí que ese sentimiento no es solo mío pues fue construido con la intención de ser una ciudad dentro de la ciudad, contenía estaciones de radio y televisión, farmacias, estación de correos, supermercados, restaurantes, cafeterías, clubs, dulcerías, bares, piscina, sala de teatro, cine y tiendas de todo tipo. En cualquier estación del año entras al edificio y sientes una brisa fresca que en nuestra caliente isla se agradece mucho. Veamos cuanto aprecian los cubanos tanto esfuerzo.
La promesa de tener un edificio de esa magnitud en un espacio limitado confrontó problemas pues la propaganda del edificio era que todos los apartamentos tendrían vista al mar desde el balcón. Nunca se ha vuelto a materializar nada en Cuba con tantos avances técnicos y arquitectónicos. Esperemos que el nuevo hotel que se construye frente al Coppelia al menos lo iguale no solo en altura.
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